Cocina de mercado. Parking cercano a 25 y 100 metros
Cuando se alude a la calidad del producto en el panorama de la restauración tinerfeña, hay que reconocer que “hasta que no se prueba no se podrá creer en tal cualidad”. Sorimba es para creérselo: un canarismo que define la lluvia fina, como pleno de finura es el planteamiento de Yeray en cocina y de Dolly en la atención del comedor. Unos puerros de Valle de Guerra confitados con mantequilla tostada ejemplifican a la perfección esa sedosidad gustativa que en otras escalas adquieren intensidad inusitada: bacalao encebollado de mi abuela Pilar, vaca de Asturias o piparras del País Vasco… “Carta sencilla”, según los artífices de esta Casa que, por muy insinuada que sea su llaneza, trasciende a alta cotas del sabor.
¡Buen apetito!
Guía qué bueno